martes, 8 de septiembre de 2009

Mi cuarto de hora

A veces me han contado hechos que parecen extraordinarios. No se me ocurría pensar cómo las personas son tan ingenuas, que caen en engaños y patrañas de otros más embusteros. Pero hay gente que se dedica a eso y tienen un bla-blá excepcional.

Resulta que el lunes, yo llegué al trabajo como siempre, pasaditas las diez de la mañana. Creo que todavía venía medio dormida porque de otra manera no explico el acontecimiento. Entré a mi oficina, y me dice el Portero que alguien quiere hablar con el “Bodeguero”. Como a don Carlitos, el Bodeguero, me lo echaron, ahora yo asumí dicha labor. Entonces le digo al Portero, “échemelo pa acá” para conversar con él.

El tipo se veía bien vestido. Andaba de terno y corbata y tenía una conversación muy fluida (típico de estas personas que para lograr su objetivo tienen que “convencer”). Me dijo que él trabajaba en una empresa que compraba todos los cartuchos de tinta que ya no se usaran en las instituciones, ya sea porque las impresoras quedaron discontinuas, ya sea porque se echaron a perder o porque simplemente las actualizaron comprando nuevas. Yo tenía en mi Bodega más de treinta cartuchos de tinta que no voy a usar y que en algún momento iba a desechar. O si alguien me pedía un cartucho para su hogar y tenían esa impresora, yo opto por regalárselos. Entonces de alguna manera yo en algún momento me desharía de dicho material porque además no me gusta el cachureo.

Pues bien. Yo, aweoná, inocente le dije que tenía hartos cartuchos y me paré y fuimos a la Bodega a mirarlos. El tipo que sabe su oficio me dijo “ah! por estos cartuchos le doy cuatro mil pesos por cada uno”. Y aquí debo reconocer que si bien algo me hacía pensar que esto era una estafa, el escuchar hablar de dinero me puso en una situación diferente. Puesto que, como del ingreso de dinero en la Universidad depende el “abono” de sueldo que nos den el viernes. Yo inmediatamente pensé en dinero para los sueldos. Y por otra parte la codicia que rompe el saco, también me hizo pensar ¿y si los tipos se gastan la plata en otra cosa y no lo abonan a nuestros salarios? Y ahí pensaba en hablar con la Tesorera y conversar la situación... todo esto pensaba mientras el tipo hablaba y ponía precio a cada cartucho que veía. Los separó por años y algunos que había del año 2009 me dijo “ah! estos hay que revisarlos porque puede que estén fallados” o no se qué cosa. Los cartuchos por su parte fueron comprados hace como tres o cuatro años y fueron quedando en stock. Entonces el hombrecillo decía “éstos me los voy a llevar para revisarlos” y los dejaba aparte. Yo, la saco de pelotas crédula, le pasé incluso un Toner que es caro y que también quedó en stock y que nadie iba a utilizar. Estaba nuevito y sellado, y él dijo “ah, no, este no sirve” y puras cosas así me decía mientras seguía enumerando lo que se iba a llevar y lo que me iba a pagar. De pronto y echando en una bolsa lo que se llevaría supuestamente para “revisión” dejó a un lado los que seguro no le servían y yo sabiéndolo y no sabiéndolo lo dejé hacer. Creo que si las cosas hubiesen sido de MI propiedad (estoy segura) no las habría entregado tan fácilmente, pero como el bolsillo ajeno a uno no le duele, ni me inmuté y lo dejé echar todo en una bolsa como si fueran pa botarlo a la basura.

Volvimos a mi oficina. Previo me hizo anotar todo lo que vendría a buscar en un rato más porque iría al cajero a sacar el dinero. Me hizo sumar cada cartucho al valor que me dijo que pagaría. Yo seguía pensando en nuestros sueldos. Y ahí es cuando he pensado que la necesidad te hace cometer acciones que a veces uno no quisiera. Y pensaba en si ingresaba el dinero en caja o no... ahí salió el bicho de la codicia. Pero a su vez, se enfrentaba mi Conducta Intachable y me hacía renegar de esos pensamientos en una lucha interna. La suma que me entregaría por los cartuchos era alta y yo sabiendo que era casi imposible... y con la cabeza puesta en otra parte, le creí. Me dijo el hombre que hasta me iba a traer un kuchen y un jugo pa que no hiciera negocio con otras personas. Cuando escuché lo del kuchen ya me pareció chacota, porque que un tipo llegue y diga algo así, es webeo. Pero lo pasé por alto porque el signo $ estaba grabado en mis ojitos, y nada más veía.

Jajajá, ahora me río y me he reído todo el tiempo de mí y de cómo se reiría el tipo de mí. Y pensaría “mire que fácil fue engañar a esta mina tonta”. Pero la gota que rebasó el vaso y que es lo que me dio rabia fue cuando me dijo que de MI impresora me podría cambiar los cartuchos que tenía (el de color – vacío - y el negro con un conchito que tenía), por dos cartuchos recargados. Yo los saqué de la impresora. Él dijo que me traería unos recargados y yo dudé porque también pensé que si entregaba esos dos cartuchos perdía ocho mil pesos que es lo que cuesta el par de cartuchos originales vacíos... pero la “ambición” fue más fuerte, y ya me veía imprimiendo mis escritos de La Señorita Angélica a todo color como en los viejos tiempos. Ésa fue la razón que me movió a entregárselos. Aún sabiendo que el cartucho que me traería luego no serviría para venderlo. E ingenuamente se lo entregué.

Ahora cagué, porque mi impresora no funciona. Tenía otro cartucho negro guardado, pero sin cartucho color, aunque sea vacío, ella se taima y no hace nada. Por lo que ahí sí que me dio bronca. ¡¡Como tan aweoná!! Esto se lo conté minutos después a una de mis amigas confiables y ya cuando se lo conté me pintaba a estafa. Para que vean que las personas somos influenciables ante los estímulos. Y el hecho de no tener un sueldo completo y digno desde hace más de un año, me ha vuelto un poco ambiciosa. Y también se los cuento para que sepan que una debe intentar estar en sus cinco sentidos cuando va a trabajar, para que no le pasen gato por liebre. Esto seguro lo guardaré como un gran secreto, o como una anécdota, porque ni loca se lo cuento a mi tía para que me rete por gil! Y por otro lado me ha dejado una gran enseñanza: “en la confianza está el peligro” Y yo soy demasiado confiada.

Todo esto para que vean que yo también tengo mi CUARTO DE HORA!

18 comentarios:

...flor deshilvanada dijo...

Ay que bronca!

Aquí decimos, te hicieron el cuento del tío...

Bueno, de los errores se aprende, Ang, quedate tranqui que nunca más te vuelven a hacer algo así.

Un besito!

CDG dijo...

¿Y te ibas dando cuenta de la estafa en el camino, y aún así no la parabas?

¡Ésa debe ser una terrible sensación!

De verdad lo siento... Igual creo que a todos nos ha pasado alguna vez. En alguna ocasión una gitana estuvo a punto de robarme la billetera, con ayuda mía por supuesto. Afortunadamente me alcancé a dar cuenta... y me maldijo. :-)

Saludos!

Genín dijo...

jajajaja Pero mujer, no entiendo porque no le mandaste al tipo a la mierda, si te estabas dando cuenta de que no podía ser verdad todo lo que te estaba contando...jajajaja
Lo que es estar despistada y no concentrada, y por otro lado, que es una vaina no cobrar tu salario completo...jajajaja
Al menos ya tienes mas experiencia y no te volverán a estafar.
Besos y salud

Abuela Ciber dijo...

Bueno digamos que no estabas en tu mejor dia!!!!!!!!

Cariños

TORO SALVAJE dijo...

Parece mentira que todavía hoy en día haya gente que viva del engaño.
Supongo que tienen una habilidad especial.
Bueno, ya pasó.

Besos.

Anónimo dijo...

Hay gente muy indecente suelta por el mundo, y qué labia y capacidad de engaño que tienen.
Te entiendo, yo tb soy muy confiada y hubiese caído en la trampa.

Besitos

Mr. Magoo... dijo...

Uy amiga que experiencia, yo tambien soy algo confiado y me enfada demasiado que se me acerquen con esa intencion de tomar el pelo, porque siempre dudo pero siemrpe termino cediendo con el cuento interno de "haz bien sin mirar a quien".
Ni modo, habra que estar atento a la siguiente, que sea como un experimento, que al final de cuentas, no fue en tu bolsillo pero pues te prepara para que cuando sea directo al tuyo seas un poco mas fuerte, por dificil que parezca.
Un abrazo.

ysraelg7 dijo...

Bueno tambien me paso algo asi hace dos meses, pero con dinero, asi que creo que el cuarto de hora, o la media hora tambien existe en uno jajajaj...

Esto te hara mas precavida, lo digo por experiencia...

Cuidate mucho.

P.D-. Me siento alegre saber que sigues por estos lares.

Cuidate mucho, nuevamente.
Te envio un beso.

Anónimo dijo...

Guardando las proporciones, te pasó como la del tipo que quería vender un auto de lujo...y dejó que un comprador de buena apariencia se subiera a probar el vehículo; arma blanca, patada para afuera y salió hecho una bala del concesionario.

Habiendo tanto lugar en el Centro que compra cartuchos de tinta...en fin, los chinos tienen una frase que dice: "sin lecibo, no hay leembolso" (otro formato para el dando y dando).

Igual a todos nos pasa...años atrás tuve atados con gitanos y con comercio ambulante (cifras menores, en todo caso). Lo que sí, hay que tratar de que esta clase de experiencias no terminen matando la confianza en los demás.

Saludos afectuosos, de corazón.

Alvaro en OZ dijo...

puchis, para la otra hay que tener los 5 sentidos bien puestos y no fiarse de esos negocios maravillosos que aparecen de la nada. Espero que no le vuelva a suceder algo así.
Saludos !!!

Mar y ella dijo...

MI niña preciosa te leia y me reia solita por que me paso hace poquito algo muy similar..y me tarte de igual modo ,claro que me quede piolita ...y yo que pensaba que era la reina de las lesas jajajajja.....
besitos...eres muy genial..


Mariella

M a r u dijo...

Huy y yo que pensaba que nomas aca pasaba. Pero mira angelica, esa gente ni puede dormir tranquila por las noches, en cambio uno esta tranquila y duerme a pata tirante
saluditos

Carlos dijo...

Soy tan crédulo y bienintencionado como tú. Yo seguro hasta le daba para el taxi para que no se demore jajaja

Besos Angie querida.
Ya falta sólo una semana!

Sandra Figueroa dijo...

Amiga, hay que desconfiar hasta de la propia sombra. Asi lo hago yo, y mira que asi he descubierto muchas cosas, si, desconfiando. Besos, cuidate mucho. Un gusto leerte.

Unmasked (sin caretas) dijo...

Es cierto, no hay que confiarse...la confianza dice mi vieja, es lo ultimo que se entrega.

Un abrazo y de paso por aqui despues de un tiempo :)

besos angelica

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

Yo sólo confío en quien conozco. No me fío nada. un beso.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Angélica...

Vaya, tremendo timador te ha tocado, de esos que se las conocen todas. Siempre caemos por ingenuos y confiados.

Por acá ciando estafan a alguien, decimos: "Le metieron el paquete chileno", aunque no sé el porque del asunto.

Pero seguramente no te volverá a suceder,

Abrazos.

Anónimo dijo...

Jajajajajajaja harto aweoná ud.. para la otra debes despabilarte antes que llegues al trabajo o si no, entregaras quizás que cosa...

Pero bueno, entiendo tu frustración y que bah! ya pasó.. pero igual debiste sentir esa sensación que uno siente cuando la hacen tonta, uyyyyy... nada de lucha internas, confias en tus instintos...