miércoles, 30 de septiembre de 2009

Uno propone y Dios dispone

Se afinaban los detalles para la visita que haríamos de sorpresa a casa de mi tía. Inicialmente íbamos a entrar a su casa uno a uno, pero como el patio es grande, ella nos vería entrar y ya se perdería la sorpresa. Entonces como Luisa, una de sus amigas, había dejado olvidados unos lentes la última vez que fue, la llamaría desde la puerta de calle diciéndole que pasaba por el sector y pasó a buscar sus lentes. En el momento en que mi tía fuera a abrirle la puerta, gritaríamos todos juntos ¡¡Sorpresa!!

Luisa vive en la zona norte igual que yo. Le dije que nos juntáramos en el metro entre cuatro y cuatro y cuarto. Había que estar a las cinco en la puerta de la calle de la casa de mi tía. Y como soy muy puntual para mis cosas, teníamos tiempo suficiente para llegar. Luisa demoraba y demoraba. Yo ya estaba impacientándome. Estaba decidida a irme en el siguiente tren cuando Luisa apareció. Llamé a mi hermano para preguntarle donde estaba, y como estaba en el Supermercado, a cuadras de la casa, nos juntamos ahí. Ya eran las cinco cuando llegamos al Supermercado a encontrarnos con Iván y Nancy, su polola.

Mi hermano Héctor por su parte, había llegado de Talca el día anterior y como sé que mi hermano “no cuece Peumo” (dicho que se refiere a las personas que hablan y se les salen los secretos), pues no le conté a qué hora nos juntaríamos para que no metiera la pata.

Eran las cinco y mi hermano recién estaba comprando las botellas de pisco. Entonces llamé a Rosa, la otra amiga de mi tía Haydée quien debía de estar ya en la puerta de calle esperando. Cuando Rosa me contestó casi me caí de espaldas. Me dijo que mi tía ya la había visto y que se fue al agua la sorpresa, pero ¿cómo? Si mi tía nunca sale a la calle. Rosa me contó que andaba con Héctor ¿Y pa donde la llevaría Héctor? No entendíamos nada. En eso tomamos un taxi y llegamos a casa de mi tía, para encontrarnos ahí con mi tía Mary y mi ahijado-sobrino Yerko, y con Rosa y su marido, los que habían sido descubiertos ya por mi tía. Cuando entramos igual gritamos sorpresa, porque mi tía no sabía a qué hora llegaría yo y tampoco que iba con su amiga Luisa. Menos que iba a llegar con el Ivancito.

Realmente mi tía estaba sorprendida. Pero ¿y donde estaban los otros? Llamé a mi tía Ester y como ella tenía un almuerzo no sé donde, la había ido a buscar su marido el Tío Enrique, ellos traerían el pan y las pastas para hacer los canapé. Pero mis tíos andaban perdidos y todavía no tomaban micro para llegar a casa. Por su parte el hijo de ellos, mi primo Darwin, tampoco iría porque había trabajado ese día y estaba muy agotado. De mi prima Marcia no sabía nada, iba a llamarla pero había harto que preparar todavía.

Mi tía Haydée como sabía que íbamos a pasar el fin de semana con ella (cosa que siempre sucede cuando viaja mi hermano Héctor a visitarnos), había hecho dos queques, uno de amapolas y otro de manzanas. Yo, aparte de la torta llevaba un queque de manzana con nuez. Rosa llevaba queso y una botella de pisco. Y Luisa llevaba pistachos, papas fritas y aceitunas. Mientras Nancy e Iván exprimían los limones para el copete, nos íbamos interiorizando de los detalles de nuestra sorpresa fallida. Resulta que a mi tía se le había echado a perder el tubo fluorescente de la cocina el día anterior. Mi tía había ido en la mañana a comprar lo necesario para el arreglo. Héctor viendo que ya se iba a oscurecer y sabiendo que de un momento a otro empezarían a llegar los invitados, le dijo a mi tía que mejor fueran pronto a buscar a don Beño para que arreglara la lámpara. Por esa razón la acompañó a la casa de don Beño (media cuadra más allá). Fue entonces cuando mi tía Haydée desde lejos vio a mi tía Mary y le llamó la atención que mi tía estuviera ahí sin aviso previo. Tía Haydée se preocupó, pues pensó que algo le podría haber pasado a tía María y por eso había llegado sin aviso. Y más se preocupó cuando vio a tía Mary acercarse a un taxi que estaba en la puerta. Claro que mi tía no sabía que el taxi era el de su amiga Rosa, quien había llegado y estaba saludándose con mi tía Mary. Para colmo la lámpara no se podía arreglar porque justo lo que había que cambiar mi tía no lo había comprado. Así es que instalamos de emergencia e improviso, un par de lámparas de los dormitorios, arriba del refrigerador para iluminarnos (la probabilidad de que se echara a perder la lámpara justo el día de la celebración era de una entre mil. Justo tuvo que sucedernos ese día).

A todo esto mi tía Mary y Luisa distribuían los queques y el picoteo en fuentes y platos para llevarlos a la mesa. Yo saqué la Torta y se la entregué a mi tía Haydée.

Por poco y la torta tampoco me resulta. Como era de panqueques llegué el viernes después del trabajo a prepararla. Los panqueques no me resultaban, se me desarmaban todos cuando los desprendía de la lata y ya me estaba desesperando. Si no resultaba, tendría que comprar una torta hecha y no era lo que quería, yo quería hacer la torta. Yo quería decorarla especialmente para mi tía y para sus invitados. Feo sería que llevara una torta comprada cuando yo misma podría haberla hecho. Y pensaba para mis adentros: ¿porqué elegiste de panqueque? ¿porqué no hiciste una más fácil? ¡Tuviste que elegir la más difícil!, hasta recordé en ese momento porqué dejé de hacerla. Ya eran las diez de la noche. Empecé a hacer la segunda mezcla y con alivio ya me estaba resultando. Los nervios y el apuro me jugaban en contra. Terminé la torta y el queque a las dos de la mañana. Dejé limpia la cocina y me fui a acostar. Al día siguiente tendría que levantarme muy temprano a preparar la decoración.

A las seis llegaron mis tíos, los que se encontraron justo en la puerta con mi prima Jany, a la que no veía hace tres años (cuando velamos a mi prima Mirtha). La Jany aportó con dos botellas de Mango Sour. Los que me apresuré en guardar en el freezer para enfriarlos.

A las seis y media estábamos sentados a la mesa empezando la celebración. Celebración llena de inconvenientes, pero que finalmente sacamos adelante.

Mi tía Haydée estaba contenta. Reclamaba porque no le habíamos avisado, pero si lo hacíamos perdía la gracia de la sorpresa.

Lo pasamos regio. El marido de Marcia llevó su guitarra y amenizamos cantando canciones. Algunos invitados como mi tía Ester y el tío Enrique se quedaron a alojar en casa (como en los viejos tiempos). Así es que pasamos un fin de semana muy agradable y en familia.

Como verán uno propone y Dios dispone!

jueves, 24 de septiembre de 2009

El Sábado a la cinco

¡¡¡¡Sssssshhhhhuuuuttttsssssss!!!! (sonido de silencio)

- No hagan ruido, no digan nada…

entraremos sigilosamente… para que ella no nos escuche…

…entraremos uno tras otro, calladitos…

…No faltará el que pise una hoja, quiebre una rama, mueva una flor y la alertará…

… se abrirá la puerta, y…

¡¡¡SORPRESA!!!

¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS TÍA HAYDÉE!!!

… sigamos con lo previsto, ¡¡todos a sus puestos!! Nos adueñamos de la cocina de mi tía para preparar los canapé…

… ya poh, ayuden… (no faltan los que se esconden pa no ayudar)…

… despavílate poh, si es pa hoy no pa mañana!

… ¡Yo destapo las botellas! ¡Soy seco pa las botellas!

…Oye, parece que se nos olvidó invitar al vecino…

…Será una fiesta inolvidable, nos tomaremos hasta el agua del guatero…

…y mi tía va a caer desmayada de la impresión…

El sábado a las cinco, estaremos todos en la puerta de calle de la casa de mi tía para darle una sorpresa. Y aunque oficialmente el cumple es el 29 de Sept. Todos estaremos ahí para saludarla. Espero todo salga como lo he planeado.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Empanadas dieciocheras

Como ya es sabido las Empanadas son uno de los platos típicos de Chile. No sé porqué, si en varios países se preparan las Empanadas. Y sin ir más lejos les cuento que en Uruguay hay un local que no recuerdo el nombre, (tendría que buscarlo en los cachureos que guardo en mi casa), donde hacen una variedad increíble de Empanadas.

Los chilenos para celebrar nuestras Fiestas Patrias hacemos: Empanadas de pino al horno (o fritas), asado a las brasas o a la parrilla, Anticuchos (trozos de carnes insertadas en un fierrito largo y delgado, algo así como las brochetas, pero de metal) ensalada a la Chilena (tomate con cebolla en juliana muy fina) y tomamos vino y chicha. De postre algunos toman mote con huesillos. Nosotros (mi familia) nos saltamos el postre, porque comemos tanto que no nos da la guata pa comer postre.

Otros hacen Empanadas de queso y de Mariscos. Yo hago más variedades porque hago Chaparritas (queso, tomate, salchicha, chorizo y orégano) y esta vez, en este 18, hice Empanadas de Champiñones (porque mi tía quería comer de ésas).

Mi tía es quien prepara el pino y junta los ingredientes de la masa (porque mi tía cocina delicioso, y porque ella es la dueña de casa, y el dueño de casa es quien hace la mayor parte jajajá).

Ingredientes para el Pino

½ kilo de Carne molida
4 a 5 Cebollas grandes
Aliños (pimienta, comino, orégano)
1 Cdita de Sal
Aceite
1 Cdita. de Ají de color
1 pizca de Merkén
Apio y perejil picado

Freír la carne en el aceite. Agregar los aliños, la sal y las cebollas picadas en cuadros medianos. Incorporar la verdura picada. Al final y cuando esté medio cocido agregar el ají de color y el merkén. También se puede agregar una o dos cucharadas de harina para espesar. Hacer el día anterior y guardar en el refrigerador, así la Empanada no queda caldúa (aguachenta).

Ingredientes para la Masa

2 kilos de Harina
1 Huevo
1 Vaso de Vino Blanco
Agua tibia
1 ½ Cucharada de Sal
1/8 de Manteca

Poner en un bol, la harina, la sal y agregar agua tibia. Cuando empiece a tomar consistencia de masa, agregar el huevo entero y unir. Luego vaciar el vino y al final la manteca tibia. Formar una masa que no se pegue en los dedos. Si se desea se puede golpear la masa (de la manera que usted desee, ya sea dándoles unos combos -haga cuenta que es el jefe- o lanzándola al aire y dejándola caer en la mesada. Suena chistoso pero si quiere lo omite y no pasa nada jajajá.

Ingredientes para formar la Empanada:




* El pino preparado anteriormente
* La masa también preparada antes
* 6 Huevos duros
* Aceitunas
* Pasas (optativo, a mí me gustan sin pasas)


Extender la masa y cortar en forma redonda según la imagen de la fotografía (no se me ocurrió fotografiar el doblado para que se entendiera mejor), pero se doblan los dos costados laterales y al último el borde de arriba. Hay otras formas de doblarlas, usted elija la que más le acomode.



Poner en la lata del horno enharinada y pincelar con un huevo batido. Llevar a horno (no me pregunten cuanto rato porque lo hago al ojo, nunca tomo la hora, según el olor y el color de la Empanada). Nuestra cocina no dora inmediatamente, así que tenemos que voltearlas para que se cocinen y doren por ambos lados. Y a comer!!!!


Pino para las Empanadas de Champiñones:

* 1 bandeja de Champiñones cortados en juliana
* 1 taza de choclo cocido
* ½ taza de aceitunas picadas en juliana
* 2 o 3 cucharadas de Margarina

Calentar la sartén, agregar la margarina. Una vez disuelta la margarina agregar los champiñones. Revolver y agregar el choclo y las aceitunas. Cocinar sólo unos minutos hasta que el champiñón esté tierno. Agregar dos cucharadas de harina para espesar.

Si desea puede adicionar pimienta cuando el pino de Champiñón esté listo.

Si se fija bien, verá que en la imagen al costado de la preparación hay una copa. Se trata de un ponche, aquí la receta:

Arreglado o Ponche de Vino con Chirimoya:

* 1 o 2 Chirimoyas, dependiendo del tamaño
* 1 ½ lt. de vino blanco
* Azúcar al gusto

Picar las Chirimoyas en un jarro, agregar el azúcar y revolver para macerar un poco. Incorporar el vino blanco y refrigerar para enfriar.

Se pueden reemplazar las chirimoyas, por duraznos en conserva o naturales, frutillas o melón tuna. También se pueden mezclar algunas frutas.

Mientras yo preparaba las Empanadas, mi hermanito se dedicaba al asado. Fui a ponerme junto a él para tomar esta fotografía.

Y el Ivancito que también colabora con las preparaciones (también tiene buena mano), hizo el pebre, esto sí que me parece muy chileno, el pebre, he aquí la receta:

Pebre

* 6 Ajíes cristal
* 3 Cebollines (sólo la parte blanca)
* 2 Tomates
* 1 Ramo de cilantro
* 2 Dientes de ajo (optativo)
* Aceite y sal para aliñar

Se pican todos los ingredientes en cuadritos finos y se aliña. Puede variarse el ají natural por pulpa de ají, o ají en salsa.

Con este rico pebre nos comimos los Choripán, que son longanizas o chorizos al pan. Para una mejor presentación el pebre se lleva a la mesa en un chanchito de greda, nada más tradicional.

Y así celebramos un nuevo 18 de Septiembre, y con él comenzó a las cero horas, la cuenta regresiva para la celebración de nuestro Bicentenario de la Independencia de Chile.

Clikear para ver en grande.

martes, 15 de septiembre de 2009

Con brotes de mi siembra

Por el camino dormido. En charcos, yuyos y piedras. Donde tu casa y la mía, se secretean por señas. Y a una cuadra hablan de cosas, de grietas y de goteras. Anoche pasó la muerte, guapeando en su mula negra. Con poncho de alba y mortaja, y un hueso por lazo y rienda. Caracoleó en mi ventana, y se detuvo en tu puerta. Se echó a tu marido al anca. A dos más les corrió penca. Y a mí, por poco me agarra y me lleva de las mechas.

¡Quién se lo iba a imaginar! Pensar que una remolienda, que empezó batida en risas, iba a cuajarse en tragedia; que la amistad y el cariño se irían a la misma mierda; que por rencores añejos, correría sangre fresca, y en ensalada de tajos, picaríamos la fiesta.

¡Buen dar con la polvorita bien celosa y traicionera, que estalla cuando se juntan recuerdos, vino y polleras! Y más con tu hombre, que siempre tomó de la chicha negra; contigo, que eres como hacha para formar peloteras, y conmigo, que aunque nunca le busco el cuesco a la breva, cuando me pisan el poncho le armo un taco a la prudencia. Ya iba corriendo la noche, trotando en las cuatro y media. Del cordero no quedaba ni una presa pa la muestra. El vino había corrido como para bañar yeguas, y las cantoras de roncas, ni aleteaban ya siquiera. Fue entonces cuando el Chano, se subió a la carretela y gritó: “¡Ey! ¿Quiénes se animan a ir al pueblo a revolverla? ¡Vamos pues!, dijeron todos, pero antes… ¡la última Cueca!

Y empezaron otra vez a galopar las vihuelas, a trillar voz las cantoras, y a encacharse las parejas. El finado salió pal patio, quizá pa aliviar la conciencia, y tú que me andabai de antes, con risitas y con señas, me agarraste por un ala y ¡a la cancha la pareja!

Dimos la vuelta del brazo; los demás, hicieron rueda; tú te subiste la falda hasta mostrar media pierna; yo tiré al suelo la manta; hice cantar las espuelas, y te rondé como el gallo, el pañuelo en ala y cresta, en una de punta y taco zapateada a toda rienda, con aro en el mismo vaso, abrazo y rodilla en tierra. En medio del tamboreo, la hiufa y la sonajera, ahí no más se nos vino abajo de un solo tirón la fiesta. Llegó el finado y se vino al bulto como una fiera. Lo más suave que te dijo, fue un nombre de cuatro letras. Y a mí me sacó, de un viaje al corral la parentela. Y me amagó con la argolla, del rebenque a la cabeza. No pudieron sujetarlo: ¡Qué cristiano con más fuerza! Su entenado pidió cartas; mi hermano afianzó mi apuesta, y nos trenzamos los cuatro a dar por donde cayera. La cosa desde un comienzo, se puso hedionda de fea. Volaron los garabatos, los platos y las botellas. Se alborotaron los gallos; no sé quien pisó a la perra, y el mujerío chillaba como chancho en la batea.

El finado fierro en mano, charqueaba el aire a la ciega. Un tajo me mordió el hombro; pelé también mi herramienta, y yiaaaaa!!! …Y hasta ahí no más me acuerdo, porque una manta de niebla me tupió al rojo los ojos, la memoria y la conciencia. Y aquí estoy. A lo hecho pecho. Y que sea lo que Dios quiera. El que monta en pingo chúcaro, que aguante si corcovea. Harto lo siento por ti, pero tiraste la piedra, aunque ahora escondai la mano, ¿Quién te mandó a hacerme señas?, ¿A bailar sola conmigo y a mostrar tanto la pierna?, sabiendo bien que al finado siempre le ortigó la idea, de que si se dio en el gusto y te ganó por las buenas, se llevó terreno arado… y con brotes de mí siembra.

Vos, de la fiesta al velorio. Yo, al hospital y a la celda… ¡Qué tal! ¿Cuándo me invitai otra vez a bailar Cueca oh?

viernes, 11 de septiembre de 2009

Arriba en la Cordillera



Que sabes de cordillera, si tú naciste tan lejos.
Hay que conocer la piedra que corona al ventisquero,
Hay que recorrer callando, los atajos del silencio,
Y cortar por las orillas de los lagos cumbrereños.
Mi padre anduvo su vida por entre piedras y cerros.

La viuda blanca en su grupa, la maldición del arriero,
Llevo a mi viejo esa noche, a robar ganado ajeno,
Junto al paso de Atacalco, a la entrada del invierno,
Le preguntaron a golpes y él respondió con silencios,
Los guardias cordilleranos clavaron su cruz al viento.

Los Ángeles, Santa Fé, fueron nombres del infierno.
Hasta mi casa llegaba la ley buscando al cuatrero,
Mi madre escondió la cara, cuando él no volvió del cerro,
Y arriba en la cordillera, la noche entraba en sus huesos.
El que fue tan hombre y solo, llevó a la muerte en su arreo.

Nosotros cruzamos hoy, con un rebaño del bueno,
Arriba en la cordillera, no nos vio cruzar ni el viento,
Con qué orgullo me querría, si ahora llegara a saberlo.
Pero el viento no más sabe, donde se durmió mi viejo
Con su pena de hombre pobre y dos balas, en el pecho…

__________________________________


Conocí la música de Patricio Manns a través de mi hermano. Al Ivancito le gustaban sus canciones, y compró todos los casetes que encontró. Luego compró los Cds. Y a mí la verdad que no me gustaba. Pero cuando empecé a poner atención a sus letras, me fascinó. Las letras de Manns, son verdaderas vivencias. Y ésta para mí es una de sus canciones más emblemáticas. Cuando la escucho me pone la carne de gallina. La siento, la vivo, la disfruto.

Pero no sólo ha escrito canciones Manns, también ha escrito libros. Y tengo la fortuna de haber leído dos (bajo recomendación del Ivancito), “El Corazón a Contraluz” y “Memorial de la Noche”. Seguro más adelante leeré más libros de él, porque tiene muchos y mi hermano tiene en la Biblioteca de la casa de mi tía, varios. (Que rica será mi vejez leyendo todo lo que hay en esa Biblioteca).

Ahora, en los días previos a nuestras Fiestas Patrias, es cuando más se escuchan las canciones de nuestro Chile. Yo las escucho todo el año, porque no necesito que llegue el 18 para escuchar cuecas. Pero me encanta entrar a cualquier tienda o negocio y escuchar de fondo la música del Folcklore chileno y las letras y melodías de Patricio Manns.

Espero disfruten la canción que les presento.

martes, 8 de septiembre de 2009

Mi cuarto de hora

A veces me han contado hechos que parecen extraordinarios. No se me ocurría pensar cómo las personas son tan ingenuas, que caen en engaños y patrañas de otros más embusteros. Pero hay gente que se dedica a eso y tienen un bla-blá excepcional.

Resulta que el lunes, yo llegué al trabajo como siempre, pasaditas las diez de la mañana. Creo que todavía venía medio dormida porque de otra manera no explico el acontecimiento. Entré a mi oficina, y me dice el Portero que alguien quiere hablar con el “Bodeguero”. Como a don Carlitos, el Bodeguero, me lo echaron, ahora yo asumí dicha labor. Entonces le digo al Portero, “échemelo pa acá” para conversar con él.

El tipo se veía bien vestido. Andaba de terno y corbata y tenía una conversación muy fluida (típico de estas personas que para lograr su objetivo tienen que “convencer”). Me dijo que él trabajaba en una empresa que compraba todos los cartuchos de tinta que ya no se usaran en las instituciones, ya sea porque las impresoras quedaron discontinuas, ya sea porque se echaron a perder o porque simplemente las actualizaron comprando nuevas. Yo tenía en mi Bodega más de treinta cartuchos de tinta que no voy a usar y que en algún momento iba a desechar. O si alguien me pedía un cartucho para su hogar y tenían esa impresora, yo opto por regalárselos. Entonces de alguna manera yo en algún momento me desharía de dicho material porque además no me gusta el cachureo.

Pues bien. Yo, aweoná, inocente le dije que tenía hartos cartuchos y me paré y fuimos a la Bodega a mirarlos. El tipo que sabe su oficio me dijo “ah! por estos cartuchos le doy cuatro mil pesos por cada uno”. Y aquí debo reconocer que si bien algo me hacía pensar que esto era una estafa, el escuchar hablar de dinero me puso en una situación diferente. Puesto que, como del ingreso de dinero en la Universidad depende el “abono” de sueldo que nos den el viernes. Yo inmediatamente pensé en dinero para los sueldos. Y por otra parte la codicia que rompe el saco, también me hizo pensar ¿y si los tipos se gastan la plata en otra cosa y no lo abonan a nuestros salarios? Y ahí pensaba en hablar con la Tesorera y conversar la situación... todo esto pensaba mientras el tipo hablaba y ponía precio a cada cartucho que veía. Los separó por años y algunos que había del año 2009 me dijo “ah! estos hay que revisarlos porque puede que estén fallados” o no se qué cosa. Los cartuchos por su parte fueron comprados hace como tres o cuatro años y fueron quedando en stock. Entonces el hombrecillo decía “éstos me los voy a llevar para revisarlos” y los dejaba aparte. Yo, la saco de pelotas crédula, le pasé incluso un Toner que es caro y que también quedó en stock y que nadie iba a utilizar. Estaba nuevito y sellado, y él dijo “ah, no, este no sirve” y puras cosas así me decía mientras seguía enumerando lo que se iba a llevar y lo que me iba a pagar. De pronto y echando en una bolsa lo que se llevaría supuestamente para “revisión” dejó a un lado los que seguro no le servían y yo sabiéndolo y no sabiéndolo lo dejé hacer. Creo que si las cosas hubiesen sido de MI propiedad (estoy segura) no las habría entregado tan fácilmente, pero como el bolsillo ajeno a uno no le duele, ni me inmuté y lo dejé echar todo en una bolsa como si fueran pa botarlo a la basura.

Volvimos a mi oficina. Previo me hizo anotar todo lo que vendría a buscar en un rato más porque iría al cajero a sacar el dinero. Me hizo sumar cada cartucho al valor que me dijo que pagaría. Yo seguía pensando en nuestros sueldos. Y ahí es cuando he pensado que la necesidad te hace cometer acciones que a veces uno no quisiera. Y pensaba en si ingresaba el dinero en caja o no... ahí salió el bicho de la codicia. Pero a su vez, se enfrentaba mi Conducta Intachable y me hacía renegar de esos pensamientos en una lucha interna. La suma que me entregaría por los cartuchos era alta y yo sabiendo que era casi imposible... y con la cabeza puesta en otra parte, le creí. Me dijo el hombre que hasta me iba a traer un kuchen y un jugo pa que no hiciera negocio con otras personas. Cuando escuché lo del kuchen ya me pareció chacota, porque que un tipo llegue y diga algo así, es webeo. Pero lo pasé por alto porque el signo $ estaba grabado en mis ojitos, y nada más veía.

Jajajá, ahora me río y me he reído todo el tiempo de mí y de cómo se reiría el tipo de mí. Y pensaría “mire que fácil fue engañar a esta mina tonta”. Pero la gota que rebasó el vaso y que es lo que me dio rabia fue cuando me dijo que de MI impresora me podría cambiar los cartuchos que tenía (el de color – vacío - y el negro con un conchito que tenía), por dos cartuchos recargados. Yo los saqué de la impresora. Él dijo que me traería unos recargados y yo dudé porque también pensé que si entregaba esos dos cartuchos perdía ocho mil pesos que es lo que cuesta el par de cartuchos originales vacíos... pero la “ambición” fue más fuerte, y ya me veía imprimiendo mis escritos de La Señorita Angélica a todo color como en los viejos tiempos. Ésa fue la razón que me movió a entregárselos. Aún sabiendo que el cartucho que me traería luego no serviría para venderlo. E ingenuamente se lo entregué.

Ahora cagué, porque mi impresora no funciona. Tenía otro cartucho negro guardado, pero sin cartucho color, aunque sea vacío, ella se taima y no hace nada. Por lo que ahí sí que me dio bronca. ¡¡Como tan aweoná!! Esto se lo conté minutos después a una de mis amigas confiables y ya cuando se lo conté me pintaba a estafa. Para que vean que las personas somos influenciables ante los estímulos. Y el hecho de no tener un sueldo completo y digno desde hace más de un año, me ha vuelto un poco ambiciosa. Y también se los cuento para que sepan que una debe intentar estar en sus cinco sentidos cuando va a trabajar, para que no le pasen gato por liebre. Esto seguro lo guardaré como un gran secreto, o como una anécdota, porque ni loca se lo cuento a mi tía para que me rete por gil! Y por otro lado me ha dejado una gran enseñanza: “en la confianza está el peligro” Y yo soy demasiado confiada.

Todo esto para que vean que yo también tengo mi CUARTO DE HORA!

domingo, 6 de septiembre de 2009

El Emisario

Era de noche cuando la vi en el suelo del living de mi casa. Al ver sus alas abiertas creí que estaba muerta. Rogué para que la Ambrosia no la hubiese degustado. Me acerqué y la tomé de su ala y la puse sobre mi mano. Cuando vi que empezó a caminar por mi palma y por mis dedos, me puse muy contenta. Y recordé este pensamiento:

“El Amor es como una mariposa,
Mientras más la persigues, más se aleja.

Si la atrapas, ella muere…

Es mejor dejar que se pose sola en tu mano”

Lo había guardado en una hoja de Word, un día que lo leí por ahí, en un mensaje de un contacto MSN. Cuando lo leí me gustó. Lo sentí verdadero. Y sentí que el amor es así, que mientras más lo buscas, más se aleja.

Cuando sentí el cosquilleo de las patitas de la Mariposa caminando por mi mano, me sentí dichosa… es el amor que llega a mí. Es el amor, que se acerca a mi vida.

Abrí la puerta del living y salí al antejardín. Busqué un arbusto donde pudiera dejar aquella emisaria que me trajera tan bello mensaje. El Rododendro fue el elegido, y ahí la puse para que desplegara sus alas al despuntar el alba...