martes, 2 de junio de 2009

Fin del vínculo

Por fin pude romper el vínculo. A veces cuesta tanto separar las cosas. Otras se torna una necesidad. Algo imprescindible. Algo que nunca has pensado dejar. Pero hay que hacerlo por salud no mental, ni emocional, sino que salud financiera ¿puede ser? Es que cuesta caro mantenerla, y conservarla ha sido una verdadera odisea. Algunas veces me hizo sonreír de alegría. Y otras, dejar de dormir por la preocupación. Fue un vínculo que duró casi veinte años. ¿Cómo puede durar tanto una relación? Bueno hay muchas que duran eso. Y la mía fue de amor y odio. Amor por el gusto y los gustos que me dio. Y odio por los problemas y sinsabores que me causó. Hasta que hoy… tomé la decisión. Lo pensé hace unos días y ya sabía en qué terminaría. Me rehusé a ejecutar esta acción muchas veces, hasta que comprendí que ya no la amaba, que ya no la quería y que necesitaba alejarla para siempre de mi vida. Fue entonces, cuando me levanté esta mañana para irme al trabajo, y le pedí permiso a mi jefe para hacer un trámite en el centro, que ratifiqué mi decisión. Me acerqué a Falabella, mi tienda preferida, y solicité un avance en doce cuotas. No sería fácil pagarlas, pero era un sacrificio que debía hacer sí o sí. Fui entonces a esa oficina, saqué el número y esperé mi turno. Me acerqué a la muchacha y le dije: “quiero cerrar mi Tarjeta de Crédito”. Pagué en la caja toda la deuda (medio millón de pesos) y me entregaron un documento donde decía que mi vínculo había terminado. La pesadilla se acabó. Adiós Master Card. Y se pasearon raudamente las imágenes por mi cabeza: El viaje a Montevideo, los Cds. en la Feria del Disco… los zapatos en Hush Puppies y en Gacel… las compras de supermercado en el Lider… el alimento de mis bebés cuando no tenía dinero en efectivo… los regalos de navidad… las compras realizadas en lugares donde sólo mi ex Mastercard me abría las puertas… los perfumes en el Paseo San Agustín… los chalecos de lana en Angelmó… las artesanías y productos de la zona, en la Recova (La Serena)… las comidas chinas en el Restaurant Shaolín… los licores para regalar en Los Alpes… el ramo de flores que le mandé a mi tía para un cumpleaños… los utensilios de repostería en Cherry… los hilos y las lanas en El Siglo… los pagos de aseo en la Municipalidad… los libros en la Feria del Libro y en Mundilibros… los pasajes a Coquimbo en Tur Bus… los pasteles en el Strindberg… los chocolates en el Entrelagos… las pastillas para adelgazar en Pharma… las compras por Internet… en fin… esas imágenes han quedado almacenadas junto con el plástico que he cortado en dos con la tijera. Adiós Mastercard. Ojalá nunca más tenga que abrir una tarjeta similar. Es un verdadero robo, un asalto a las personas que recurren a ella por necesidad y que luego no pueden salir del foso debido a los intereses y los cargos de administración. “Pague el mínimo” – te dicen. Y pagando el mínimo, se van metiendo más y más, y la deuda va subiendo como la leche. Es lo que me pasó muchas veces… y bajaba la deuda con mucho esfuerzo, pero luego la tentación y la necesidad del plástico me hacía reincidir. Hoy se termina definitivamente el vínculo. Adiós Tarjetita linda, gracias por todas las sonrisas (las rabias me las guardo). Tú y yo… ya no somos nada.

10 comentarios:

Unknown dijo...

Me gustó este divorcio,espero que nunca te reconcilies.Aunque te haya dado muchas alegrías.
Estas tarjetitas sacan de apuros,pero también te apuran,te estresan,te deprimen y sobre todo te estrujan.Muy buena decisión Angélica.

TORO SALVAJE dijo...

Creo que has hecho muy bien, las tarjetas son muchas veces un pozo sin fondo, y al final nos damos el batacazo.

Angélica, me alegro un montón de volverte a leer.

Que bien que has decidido volver.

:)

Muakkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk

Mr. Magoo... dijo...

Que dificil es separarse de eso no crees? Mas cuando vives en una sociedad que gira alrededor del credito y su lema "si no tienes historial credito no eres nadie". Pero bueno, eso nos han hecho pensar y por eso estamos como estamos.
Te felicito por tu valor, me gustaria poder hacerlo algun dia pero por mil razones no puedo en estos momentos, pero lo tengo en mi plan.
Un abrazo, que bueno descubrir tu nuevo portal.

Anónimo dijo...

Por un momento, pensé que estabas hablando de tu trabajo jajaaajajaja..

Eso de pagar el mínimo, es solo para aprovecharse no más..

Buena idea de romper ese vínculo, ten cuidado con recaer...

Oye!!! tsssss!!! tení gustos caros jajajajaa.. yo tb compro en Gacel, pero son tan caros los zapatos que los cuido mucho...

Un abrazo

Me alegra que regresaras..

MNB dijo...

Hola Angélica:
No sabes el gusto que me da que hayas vuelto y me lo hayas comunicado. Te eché mucho de menos.

Esto de las tarjetas es bien complejo. La idea es no tentarse y comprar y comprar.

Mi marido me dio hace años la dorada y la plateada, lo mismo a los niños.

Yo nunca las uso, sólo para regalos de matrimonio, previo aviso.

No soy tentada, no me gusta adquirir cosas a plazo.

Yo trabajo y tengo la Redbank para sacar $$$ en el cajero. Es mía y soy responsable de lo que hago con ella.

Tengo amigas que le hacen pebre la tarjeta al marido en los Mall.

Me alegro que tú te hayas divorciado de la tarjetita, porque te estaba haciendo daño.

Un fuerte abrazo.

PIER dijo...

Huy.. amiga..
Si que debes tener una fuerza de voluntad enorme..
Me alegro que termines con esa relación amor odio.. bien por ti!! ahora solo ahorrar y a gastar menos.. eso si.. estamos en crisis.. Buen fin de semana..
Abrazos.

Sandra Figueroa dijo...

Bienvenida al club amiga, es mejor decir adios a esa amiga que nos da dolores de cabeza, claro que la pasamos muy bien con ella, siempre es servicial y todo eso, pero es mejor decir, no gracias. Besos amiga, cuidate, un gusto tenerte de nuevo por aqui, gracias por no olvidar. Cuidate.

Alvaro en OZ dijo...

yo tengo algunas tarjetas que no uso nunca y la unica que uso la ocupo solo para emergencias. de hecho las tarjetas están medias desteñidas por que nunca salen de la billetera.

saludos !!

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

Seguro que todo va a ir mejor a partir de esta decisión. Un beso.

Anónimo dijo...

Gusto en tenerla de regreso, Srta. Angélica.

¿Sabes? El primer episodio de Friends versa sobre esta niña acomodada (Rachel) que se arranca de su boda pero que sigue usando las tarjetas de crédito de su papá...hasta que sus amigos la instan a que corte las tarjetas con una tijera y lo logra; es el comienzo de la vida independiente.

Es la tentación del dinero fácil...pero yo soy medio chapado a la antigua; si hay tarjetas a mi nombre ahora fue por expresa petición de mi viejo (quien jura que la hace de oro con los pagos mínimos y no lo entiende), pero espero en no mucho tiempo tomar el control y deshacerme de esos plásticos.

Por cierto, ¿también compras lanas en El Siglo? Ja...mi vieja de cuando en cuando me manda allá por material para sus bufandas. Saludos afectuosos, de corazón.